domingo, junio 23, 2013

SOLSTICIO DE VERANO 2013

                                                        






Si realmente, como muchos así lo piensan existiese un dios. Un ente superior y omnipotente,  pienso que, éste no podría ser otro, sino un dios Solar.

Esto es también lo que debieron pensar todas las culturas en su más remoto origen. Llámese a este dios Hindra, Helio, Ra, Apolo, Horus, Jesucristo...

Un dios de luz, portador de la antorcha, sabedor y alumbrador del enigma del que somos presos y que hoy, un año más, nos reúne en este mágico ritual de manos.

Da igual si este dios Solar fuera conducido por una barca como pensaban los antiguos egipcios o por un carro de oro, como decían los griegos, tirados por dorados caballos o por unos bellísimos toros de fuego, porque todos son Uno.


Sin embargo, hoy más que nunca, quiero hacer alusión a ese dios antropomorfo de la cultura griega,  ese dios del Olimpo llamado Apolo, creador de la lira y la poesía, vencedor de tinieblas, dador de luz. Esa luz tan necesaria para generar la lluvia, hacer brotar los campos, las fuentes, los ríos. Capaz de generar jardines, crear oráculos en el interior de nosotros mismos, con el mismo poder para matar a la serpiente Pitón que para abrir balcones, puertas entre la bruma de nuestro propio ser.

Brindar y festejar al Sol en la cosecha de una amplia sonrisa, en la poesía, en la música...juntando manos, tocando amigos.

Festejar al Sol y creer siempre en la utopía de saltar el fuego a través, porqué no, de esta ofrenda lírica, de este rito también de purificación que es la poesía.



Isabel de Rueda