sábado, marzo 10, 2018

UNA MUJER

         
Anna Elizabeth
           
                                         A Mariela

Mitad tierra mitad agua, una mujer
arrastra por el aire su cuerpo delicado.
Rehace su cintura,
invierte sus pezones, y entre nubes,
estudia la manera justa de cruzar orillas.

La placenta
de sus viejos temores apela en su garganta.

Giros musicales, puentes y cordilleras
orquestan nuevos hijos.
Nuevas letras zarpan de su vientre. Mírala;
agua y tierra por el aire. Obsérvala
libando...
En el ring soñado de un jardín, esa mujer,
zamba del verso, reaparece con su túnica errante.
Mortal y Rosa, ella,
                           en secreto,
respirando
cada noche en la esfera misma del enigma.
Hambrienta de luna e ingrávida,
alma de un cascabelito olvidado, ella,
novia itinerante de un acorde íntimo, frugal.

                                       Isabel de Rueda                                                                                   

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