Llueve.
El invierno dulcemente se acerca,
me promete silencio,
ovillar otro espacio de lumbre.
María Amaral |
a veces cruel como una esfinge, a veces tierno
como las alas de un ángel.
El invierno llega
con su música leve en un email
en un paquete cerrado en cuyos lazos
de brillante envoltorio se decantan
las rosas fragantes de los parques.
El invierno llega, amor mío, y yo te espero
sentada en el andén del primer beso,
con la misma maleta de siglos,
aquella donde un día
nos mordimos los ojos para luego mirarnos
en esta lluvia y abrazarnos por encima del tiempo,
susurrarnos al oído
las calladas promesas.
Isabel de Rueda