domingo, abril 15, 2012

Lectura poética-musical en homenaje a Vicente Aleixandre en la Carbonería






El público gozando de este cariñoso acto de homenaje a un poeta de altura






Todos los participantes incluida Mari Carmen López Fría organizadora del acto



El cantautor Fernando Lobo hechizando a un público atento y entregado. José María Soto, ocupándose de toda la base técnica Leyendo un fragmento de un extensísimo poema de ese poeta luminoso y diurno como alguien lo calificó El librero y poeta colombiano afincado en Jerez, Álvaro Quintero. "La destrucción o el amor" o el amor y la muerte, un tema que apasiona a la escritora jerezana Josefa Parra















La escritora, poeta y editora, Inma Calderón en un momento de su interesante aportación a este acto homenaje. la joven poeta jerezana, Carmen Saiz, declamando bellamente a Aleixandre.La poeta Verónica Pedemonte en un momento sumamente hermoso del acto. Tras la proyección de un documental sobre la vida y obra de Aleixandre, la poeta granadina Sara Castelar Lorca dando paso a la lectura de poemas. Texto escrito por el poeta jerezano Mauricio Gil Cano en el acto- homenaje realizado en Jerez Hubiera sido un buen intendente mercantil, pero la enfermedad le postró en el lecho de la poesía para siempre. Su amigo Dámaso le había prestado un libro de Rubén Darío, frente al cual todos los versos que le enseñaron en el Bachillerato parecían desteñidos y grises. Y se puso a crear un mundo de palabras, donde cupieran el color, la música, los sagrados atributos de la más salvaje inocencia. Y creó el paraíso, con sus sombras: sintió que el amor podía incendiarlo y destruirlo todo.


Mientras tanto, en su país se armó una guerra, tral la que se instauró una dictadura que duró lo que una maldición bíblica. Durante cuarenta años, ocultó en su casa la república de las letras. Al término de los cuales, sucedieron dos hechos que algunos cronistas califican de milagrosos: falleció el dictador y al poeta le dieron el Premio Nobel de Literatura, reconociendo así los académicos suecos en Vicente Aleixandre a la generación del 27. ¿Por qué en él? En primer lugar, por la altísima calidad de su obra. Aunque tampoco conviene olvidar que a Federico lo habían fusilado, que Cernuda había muerto en el exilio y que Alberti seguía siendo comunista, en plena guerra fría.


En fin, que el Premio viene a ser lo de menos. Lo importante es que consagró su existencia a la Musa y que escribió, entre otras obras imperecederas, un libro -titulado Historia del corazón- que yo regalé a un hombre en una cárcel.


Mauricio Gil Cano

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