domingo, abril 15, 2012

HOMENAJE A VICENTE ALEIXANDRE-JEREZ DE LA FRONTERA 13 DE ABRIL 2012













Discurso de apertura escrito por la poeta cordobesa Ana Patricia Santaella.

PRESENTACIÓN DEL ACTO HOMENAJE A VICENTE ALEIXANDRE EN JEREZ:

Dirá el poeta cordobés Leopoldo de Luis, al hablar de Aleixandre, que no solamente fue un poeta surrealista, sino que fue junto a Paul Eluad, el más humano y agónico poeta de surrealismo.

Vicente declaró la vocación mayoritaria de su poesía, dirigida a lo permanente del hombre: "no a lo que refinadamente diferencia, sino a lo que esencialmente une". Lo que une, él mismo declaró: "El amor, la tristeza, el odio y la muerte son invariables".

Nace este reconocimiento hacia la figura de Vicente Aleixandre en un paraje agreste, solitario, envuelto en aromas de pinares y la salada brisa marina, en el Congreso dedicado a Juan Ramón Jiménez y la influencia de éste sobre el 27, en la localidad de la Rábida. Sigue allí también incolume la casita ferroviaria donde pasaría temporadas Zenobia Camprubí. Surge, concibe este proyecto, la poeta Isabel de Rueda, en este paraje con tantas reminiscencia viajeras y literarias, quedndo al instante yo también entusiamada.

Al principio se habló de llevarlo a cabo en Madrid, al encontrarse incomprensiblemente abandonada la morada del escritor. Espera esta casa una restauración urgente y una puesta en valor que hable de tanta vida literaria y amistosa allí reunida.

Tuvimos ambas la ocasión de pasear y conversar junto al prestigioso hispanista italiano Gabrielle Morelli, profesor de literatura española contemporánea de la Universidad de Bérgamo, bajamos, bordeamos el Monasterio de la Rábida, hasta el muelle de las tres calaveras del viaje colombino allí expuesto, allí atracado.

Fuimos consciente de la enorme tarea que supone perseguir, hallar y alumbrar un dato sobre la vida literaria y biográfica de cualquier escritora o escritor, y el derroche de seducción al que recurrir para lograrlo, según la simpática confesión del propio Gabrielle. Vivió Gabrielle, la concesión del Premio Nobel a Vicente Aleixandre, allá por 1977, se notaba que lo quiso (a Vicente) más allá de lo profesional.

En una de las cartas dirigidas a Jorge Guillén, hablaba así de la poesía:

¡Cómo me sorprende siempre la poesía en dondequiera que la encuentre! Siempre es más, más de lo que el hombre espera. Siempre que la encuentro me parece el colmo.

En carta a Emilio Prados, rezuma ternura con la que habla campechanamente al amigo:

Queridísimo Emilio: Ese pequeño monstruo que tú eres me ha escrito una carta con pluma y papel. Yo me hago ilusión de que me escribes sin pluma y sin papel muchos días, como yo hago contigo. Sabía que tuviste eso de una congestión. El otro día, ya hace tiempo, escribí una pequeña semblanza tuya en prosa, que se llamaba "Emilio Prados, niño de Málaga" Me gustaría ir a verte a México, pero es demasiado viaje para mí.

Aquí con José luis hablo de ti y a veces nos reímos evocando a Málaga y a su Emilio.
Sin más, se abre este acto-homenaje dedicado a Vicente Aleixandre, una de las figuras señeras que ha alumbrado nuestra literatura.

Agradecemos también a Carmen López Frías, su diligencia y resposabilidad al organizar el acto, a la Carbonería, a Fernando Lobo, su música y presencia, y a la voz de los poetas que resucitan aquí hoy el trazo indeleble de Vicente Aleixandre.

Fiel siempre hacia los amigos, leal hacia la literatura y al trabajo agridulce, perseverante, incomparable de escribir.

Ana Patricia Santaella Pahlén

No hay comentarios: