El beso
Nada abriga tanto como un beso
en este extraño espacio de diciembre.
Como el beso delicioso de la leche
o de la mirra,
como el beso mismo de unos labios
volviéndose racimos.
Nada importa tanto, si en Belén
el verbo se nos llena de preguntas
y un establo es otro interrogante,
y un sonido lejano de panderos
se nos filtra
como un tierno arco iris .
Adversos eran los vientos
cuando el gallo en un portal cantaba.
y entre la gente
un niño
lejano en otra tierra discurría
como un feliz insecto.
adversos eran los vientos
y en Belén
hay un niño que llora .
¡Quién lo escucha!
Ideales
Resucite la luz, se abran
los dedos limpios.
Se encarne en la garganta la pureza,
florezcan los rosales,
dejemos abrir la noche,
que pase
el sueño;
el que vuela,
el que roza nubes y engulle
el que roza nubes y engulle
estrellas en el aire
Astros macerados
Vuelve la estrella y nada es frío.
La leña está en los ojos de estos días
bellísimos de invierno.
¡No arranquéis abetos, ni sequéis
el profundo sentir de las orillas!
su corazón remoto,
fulgen las canciones de otros días
sueñan en nuestras manos
el retorno constante.
Astros macerados con el fuego dulce
de los cirios.
La estrella
Se eriza diciembre y la ventisca
ha dejado su rastro.
Símbolos que acuden cada año
en estas fechas frías.
-Solo una luz nos cabe en la mirada-
Desde oriente
una estrella nos recuerda
los glaciares caminos,
las míseras llanuras de los desposeídos.
Mis labios
buscan al niño en la ciudad de Judea,
bajo el frío desnudo de algún árbol,
impaciente de flautas y jardines.
Isabel de Rueda
1 comentario:
Muy bonitos, Isabel, si es esa la palabra, que no lo es.
me ha gustado: Se encarne en la garganta la pureza.
y Como el beso mismo de unos labios volviéndose racimo.
Además de otros que he leído. !Buenas Fiestas! mi abrazo
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