A Alejandra Pizarnik
LOS ESPEJOS
Como si fuera la Alicia de Lewis Carrol,
traspasé
las normas de las verjas y de los muros.
Registré
las sombras de mi misma
y caminé
por ese desvarío que conduce
al verso y al poema.
Discutí, bramé, soñé,
con ráfaagas de lluvia en la delgada
región de la locura.
Y advertí la extracción de la piedra
y me ovillé
en la sed que siempre me contuvo.
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